Volver a mí

Siempre he creído que todos nacemos con una chispa. Esa energía que nos impulsa, que nos mueve, que nos conecta con lo que vinimos a hacer en este mundo. Desde niña lo sentí. Siempre tuve vocación por los demás. Era buena amiga, buena hermana, buena novia, buena mamá… buena persona. Pero con el tiempo me di cuenta de algo: me había olvidado de ser buena para mí. Me enfoqué tanto en lo de afuera, en lo que no podía controlar, que poco a poco me fui perdiendo. Perdiendo de mí. De esa niña con luz. De esa chispa que Dios me dio. Y sí… Tuve que atravesar mi propio valle de sombras para entender que a quien más debo cuidar, es a mí misma. Porque cuando yo estoy bien, cuando estoy centrada, enfocada y haciendo lo que amo… mi chispa vuelve a brillar. Y desde ahí, puedo encender la de otros.

5/26/20251 min read

Contenido de mi publicación