Lo que permití por amor

Durante mucho tiempo creí que amar era aguantar. Que si dolía, era parte del proceso. Que si me hacía pequeña, era porque así cabía mejor en el corazón de alguien más. Permití ausencias disfrazadas de ocupación. Permití que no estuvieran en momentos importantes. Permití palabras frías, actitudes duras, y silencios que gritaban indiferencia. Permití faltas de respeto envueltas en excusas. Permití sentirme menos. Menos bonita, menos valiosa, menos suficiente. Y lo más duro: me permití a mí misma justificarlo todo, con la esperanza de que algún día cambiara. Me ofrecí entera, esperando migajas. Me esforcé por ser especial para personas que ni siquiera estaban presentes. Hice malabares emocionales para no incomodar. Para que me vieran. Para que me eligieran. Hoy ya no. Hoy no permito lo que hiere, por más disfraz que tenga. Hoy entiendo que el amor no debería doler ni desdibujarme. Que si tengo que mendigar atención, no es amor, es dependencia. Y que el primer amor que no debo traicionar es el mío.

5/23/20251 min read

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