El camino que estoy eligiendo: entre metas, fe y propósito

No tengo todo resuelto, pero estoy construyendo algo que se siente real. Y este blog no es un espacio de perfección, sino de intención. Hoy quiero dejar por escrito lo que estoy haciendo —espiritualmente y personalmente— para acercarme a la vida que quiero. No solo para recordarlo después, sino para leerme en voz alta y saber que voy por buen camino. ---Mi relación con Dios: amar, orar y hablar de Él.--- Mi forma más profunda de cultivar mi fe ha sido amar al prójimo como a mí misma. No se trata solo de rezar, sino de hacer lo correcto, de tener compasión, de compartirle a mi hijo —y a quien me escucha— sobre Su amor y Su misericordia. He vuelto a la oración. A las buenas acciones. Y a recordarme cada día que la compasión es una práctica, no una emoción. Un versículo que me sostiene hoy dice: “Y qué pide el Señor de ti: solamente que practiques la justicia, que ames la misericordia y que te humilles ante tu Dios.” — Miqueas 6:8 ---Las metas personales que me estoy tomando en serio--- Estoy eligiendo la disciplina. Estoy entrenando la constancia. Estoy enfocada en mis estudios, en mi preparación, en crear hábitos nuevos: buscar claridad en lugar de distracción. He aprendido que las pequeñas acciones hacen grandes cambios. Por eso, día a día, estudio. Y cuando no sé algo, busco a quien sí lo sabe. Porque a veces lo importante no es saber… es tener el número del que sabe. Me motiva profundamente mis ganas de superarme como mujer. Y sobre todo, ser un mejor ejemplo para mi hijo. Porque lo amo con toda mi alma. Y me niego a heredarle una historia que no esté escrita desde la intención. ---Lo que estoy aprendiendo en el proceso--- He descubierto que la capacidad humana de transformarse es infinita. Que el verdadero crecimiento empieza con incomodidad, con salir de la zona cómoda y mirar lo que duele. También he entendido que, muchas veces, el mayor reto soy yo misma. Y ese ruido que a veces me dice “no eres suficiente”… ese es el verdadero impostor. No tengo todas las verdades claras aún. Pero estoy abierta a que lleguen. Porque a veces, tener fe es justo eso: darle espacio a lo que todavía no entiendo, pero que ya empieza a hacer sentido. Este es el camino que estoy eligiendo. Con caídas, con dudas, con días difíciles. Pero también con valentía, con fe y con propósito. Y si tú también estás en ese camino… nos estamos encontrando en el lugar correcto.